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Mostrando entradas de octubre, 2023

MARYLIN

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Improvisación literaria inspirada en "Marylin", obra del artista visual Eduardo Bruno Conforti  MARYLIN Desprotegida Marylin por la insolencia de su belleza busca una dicha que se le escurre bajo la piel perlada de sus manos.  La felicidad escapa y escapa una vez, y otra  vez, y otra vez.   El reflejo de su imagen en el espejo no disimula el enorme hueco que anida en su corazón.  Un túnel de oscuridad coaptó sus pasos.  Ella, la gran Marylin, tanteó paredes que no le respondían bajo lluvias de aplausos y billetes que se desvanecían al contacto de su verdadero deseo. Ella, como tantas otras, "sólo quería que la quieran" y en ese afán desgastó toda su riqueza física y espiritual. Nos queda un retrato grabado en la memoria y una boca entreabierta  exhalando gemidos, suspiros y dolor.

"Desconcierto de Primavera"

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Desolada me sorprende la primavera apresurada repite su ritual de besos dormidos de agua fresca en las mañanas. Flores asustadas entre vidrios un delirio de belleza derrotada. Si volviese yo a la infancia a aquel impulso loco de creer, a la fe en el sol, en el contorno de los mapas en el milagro del silencio, en los juegos y en la magia. (pero no) Desolada me sorprende la primavera apresurada. Hasta el amor fue herido de muerte. Un pájaro alucina en el césped del jardín. por Silvia Susana Durruty Publicado en "Los bordes de la ternura", año 2020

El otoño de las manos

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  Mis manos están cansadas y frías. La soledad es también un poco tener frío. Mis manos evocan el desamparo, un deshabitar el amor que ya se hizo costumbre. Pero mis manos son rebeldes. No obedecen las razones que les doy. Me desobedecen e insisten; no se rinden. En su andar se chocan con otras manos, desconocidas, que sin embargo encajan a la perfección con las mías. Comienza entonces un entendimiento a cuatro manos. Los dedos conversan, se entrelazan, se entienden, se seducen. Se cuentan historias y secretos. Trepan las sensaciones hacia los cuerpos, hacia el cuerpo de esas manos ajenas y hacia mi cuerpo. Por un momento se entrecruzan temores y resistencias que pronto se esfuman y es tan intenso el encuentro de la piel que el espejo gastado nos devuelve ahora el reflejo de la firme unión de nuestro abrazo. Sopla una brisa de hojas amarillas. Me susurra que nunca fue tarde para el amor. Camino liviana y de a dos por el parque. El silencio de mis manos se quebró par...