Ahora el teclado es un olvido


Lo nuestro fue dulce e
increíblemente musical

Luego 
se quebró y los pedazos
volaron hacia una nube que luego
se convirtió en rayo y luego en lluvia 
y luego volvió a ser nube

tan alto y tan lejos

Todos esos momentos 
se esfumaron 
los preludios las baladas
el blues el tango

Ya no es posible
reproducir las melodías
ni evocar
los acordes que inventamos

Olvidamos la nota azul
que imaginamos
aquella noche de invierno
cerca del teclado
mientras el fuego iluminaba la sala
y sobre la alfombra nos acariciamos
bebíendo una copa de vino

Poema publicado en Viajero Revista Literaria Nº 212, Mayo 2025


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